Carlos Alcaraz accede a la sala de conferencias y justo antes de ascender los dos peldaños de la peana, rectifica la marcha: “Perdón…”. El campeón de Madrid tiene sed y acude a su agente, que extrae un bote de la bolsa y le satisface; al sonido metálico y gaseoso de la apertura le sucede un largo trago, acompañado después de las reflexiones del campeón. El chico transmite felicidad, pero a la vez la sensación de que la obra no está ni mucho menos acabada. Hambriento, quiere más. Abatido Jan-Lennard Struff (6-4, 3-6 y 6-3) y logrado su décimo título en la élite, no tiene tiempo que perder y este lunes pondrá rumbo a París para asistir a la gala de los Premios Laureus, como candidato a Deportista Revelación de 2022.