El árbitro, donde reside la fuerza (mental)

Lara Jiménez, psicóloga deportiva y árbitra de baloncesto, fotografiada en su consulta en Ávila.

 foto: Santi Burgos

Lara Jiménez, psicóloga deportiva y árbitra de baloncesto, fotografiada en su consulta en Ávila.

 foto: Santi Burgos

Lara Jiménez (Ávila, 1991) fue antes árbitra que psicóloga. Ese fue el error. Cansada de “situaciones incómodas” decidió colgar el silbato cuando tenía 18 años. “Me decían: ‘No sirves, no sabes pitar, no tienes ni idea…’, creía que no podía rendir adecuadamente”, comenta. Sufrió tanta ansiedad que, para seguir ligada a su deporte favorito, el baloncesto, cambió a anotadora de mesa, un puesto con menos presión. Casi a la vez empezó a estudiar Psicología, una carrera que le proporcionó las herramientas que le faltaron en la pista. “De haberlas tenido ahora estaríamos hablando en otros términos muy distintos”, asegura. Para ella ya era tarde, pero Jiménez decidió que aún estaba a tiempo de ayudar a otros diseccionando las cualidades de los árbitros, un deportista al que se le exige fuerza mental para tomar decisiones trascendentales en cuestión de segundos y no palidecer ante la presión de jugadores y aficionados. “Un árbitro tiene asumido esa parte de compromiso y esfuerzo de los deportistas. Una persona que no practique deporte puede que no tenga desarrolladas esas destrezas psicológicas”.

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