Hay un ecosistema de millones de microbios, como bacterias, virus, hongos o arqueas, que pueblan el intestino humano y juegan un papel clave en la salud. Todos ellos, su material genético, las sustancias que secretan y las relaciones que entablan entre unos y otros, conforman el microbioma intestinal, una especie de órgano invisible que interactúa con el resto del organismo. Si todo está en orden y armonía, hay salud; pero cuando algo se desregula en ese universo microbiano —por uso de antibióticos o auge de algún patógeno, por ejemplo— aparecen los problemas.