Vaya por delante que la corrida de Montalvo fue una birria. No es fácil adivinar los motivos por los que este hierro está anunciado en la feria, pero lo cierto es que el juego de los cuatro toros lidiados fue lamentable de principio a fin. Correctos de presentación y bravucones en los caballos —algunos acudieron con brío, empujaron con la cara alta y pocas ganas—, sin fuerzas, sin casta y con una sosería desbordante en las entrañas. Así, es imposible el toreo; se pueden dar pases, insulsos en su mayoría, pero se extiende el aburrimiento y el tedio.
Cortés de Moura-Montalvo/Ventura, Ureña, Marín
Dos toros despuntados para rejoneo de Guiomar Cortés de Moura, justos de presencia y muy nobles; y cuatro de Montalvo, correctos de presentación, nobles, bravucones, descastados, sosos y muy blandos
Diego Ventura: pinchazo y rejón en lo alto (ovación); pinchazo y rejón en lo alto (oreja).
Paco Ureña: estocada caída (palmas); estocada (silencio).
Ginés Marín: estocada trasera (silencio); estocada _aviso_ (oreja).
Plaza de Las Ventas. 13 de mayo. Cuarto festejo de la Feria de San Isidro. Lleno (22.342 espectadores, según la empresa).
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