Guillermo Bernués tiene 67 años y no se quiere jubilar hasta que encuentre a quien lo sustituya en su consulta de atención primaria en Plan, un pueblo del Pirineo aragonés donde viven menos de 300 personas. Cada día conduce más de 100 kilómetros entre sinuosas carreteras de montaña para dar asistencia a otras seis poblaciones del Valle de Cinqueta, algunas con apenas unas decenas de habitantes, donde conoce, con nombre y apellidos, a cada uno de sus (aproximadamente) 500 pacientes.