La reforma de las normas fiscales de la Unión Europea y del mercado eléctrico europeo y el relanzamiento de las relaciones con América Latina, tras una larga ausencia que ha sido aprovechada por potencias como China para ganar terreno, serán las prioridades de la presidencia española de la UE que se inicia el próximo 1 de julio. Así se deduce del borrador del informe de la Comisión Mixta Congreso-Senado sobre la Unión, que ya ha sido aprobado por la ponencia y se someterá a votación definitiva el próximo día 18, y al que ha tenido acceso EL PAÍS.